Un pequeño homenaje para una espectacular mujer.
Magdalena Encina Risopatrón
(24 de Octubre de 1981-4 de Julio de 2006).



Si la vida fuera justa Maida, estaríamos tomando té con el tata Hugo en el Villareal. Un café helado, un jugo quizás. Estaríamos comentando de tus proyectos, de la excelente actriz que egresó de la Mancha. Te insistiría diciéndote que esta película es mala, pero tu dandome tus argumentos de cinéfila de por qué hay que ir a verla, que es increible. El Tata no va al cine, asi que hay que cambiar de tema. Te preguntaría cómo está la Sole, que la echo de menos en el patio de la Portales. O te estarías riendo que una vez más una amiga tuya me vió por ahí y te dijo: “Maida, vi al resumen el otro día. En verdad es el resumen de la familia ese cabro.”
Si la vida fuera justa Maida, esta enfermedad de mierda nunca habría entrado a esta familia. Estaríamos todos juntos en la casa de la abuela el Domingo, tu alegando que Sebastián y Raimundo se comieron todas las bandejas de sandwiches y pasteles, mientras regaloneas a Martín, a la Rafaela o a Max, y estarías diciendole a Jorge que no te de más besos, que estás llena de crema.
Pero hoy, asi como muchas veces, la vida no fue justa. Pese a eso, la increíble y espectacular Maida siempre quedará en el corazón de todos nosotros, y viviremos con el consuelo de que desde el cielo cuida a sus padres, hermanos, a sus primos, a sus amigas y a su abuela.